Por tipo
Las tragaperras pueden agruparse en varias categorías en función de su estructura general, en el sentido más amplio. Las tragaperras clásicas de tres rodillos son las más sencillas en cuanto a diseño, reglas y opciones de apuesta, y por eso se recomiendan a los principiantes.
Las tragaperras de vídeo con un diseño de cinco rodillos cuentan con una inmensa variedad de temas y funciones de bonificación. Algunas tragaperras tienen un rango de apuesta modesto con una apuesta mínima baja, por lo que resultan atractivas y asequibles para los jugadores con un presupuesto limitado. Otras tragaperras tienen una apuesta máxima elevada que puede llegar a cientos de dólares por tirada, lo que las convierte en una opción deseable para los grandes apostadores. En las tragaperras de vídeo, los gráficos son más ricos, las funciones son más numerosas y diversas, y los pagos suelen ser mayores que en las tragaperras clásicas.
Las tragaperras progresivas pueden tener cinco o tres rodillos, pero lo que las distingue es un bote progresivo que a veces asciende a millones de dólares. Conseguir un bote progresivo es todo un reto, pero un solo giro de los rodillos puede convertir a un afortunado en millonario.